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Monday, October 24, 2005

Los gatos sin botas

DESDE LA CARCEL
Los gatos sin botas

José Ubaldo Izquierdo Hernández, prisionero de conciencia condenado a 16 años que cumple en la penitenciaría de Guanajay

PENITENCIARIA DE GUANAJAY, LA HABANA, Cuba - Octubre (www.cubanet.org) - Por estos días un nuevo escándalo de corrupción envuelve al Ministerio del Interior cubano. Una vez más sus "transparentes e invulnerables" oficiales y soldados se ven involucrados en actos de bandidaje a ultranza de sus cargos y de las ya conocidas "facilidades" y beneficios que les brinda el socialismo a la cubana.

En esta oportunidad la nociva etiqueta recayó en el cuerpo de bomberos de Guanajay, adjunto al mencionado organismo militar, encargado (además de la extinción de incendios) de suministrar agua en sus camiones cisternas a la penitenciaría de esta ciudad, ubicada al oeste de La Habana.

Dicho así, los "esforzados y sacrificados" bomberos, en complicidad con algunos reclusos, trabajadores de una fábrica de calzado perteneciente a la prisión, planearon la sustracción de 75 pares de botas para trabajo marca "Hércules", producidas aquí con destino al mercado cubano en divisas. Este tipo de calzado es fabricado en asociación con una firma foránea anónima que explota al máximo la mano de obra barata que le ofrece el Ministerio del Interior, a expensas de la depauperada población penal de la Isla.

Para llevar a cabo el hecho, los militares aprovechaban el instante en que entraban al penal para distribuir agua a la población recluida, y una vez dentro recogían los bultos de calzado dejados la víspera por sus cómplices entre las hierbas y las pilas de escombros ubicadas en las vías de acceso a los destacamentos donde debían repartir el preciado líquido.

El caso (todo un acontecimiento) ha puesto bajo investigación a casi la totalidad del cuerpo de bomberos local, incluidos altos oficiales del mismo. El hecho ha dejado aproximadamente sin "apagafuegos" a un municipio de 30 mil habitantes. También los reos-cacos se encuentran instruidos de cargos en espera de ser nuevamente procesados.

Estos "gatos" (como se conoce en Cuba al individuo que roba) sin botas, han puesto nuevamente en tela de juicio la ya dañada imagen de los cuerpos armados cubanos, catalogados por el gobierno de leales, honrados e incorruptibles.

Nada nuevo, si se tiene en cuenta los grandes problemas económicos que aquejan a la inmensa mayoría de los que en la Cuba de Fidel Castro subsisten con menos de un dólar diario (léase extrema pobreza), y que se ven obligados a "inventar" cómo vivir en una sociedad al borde de una hecatombe.

 

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