acusaciones de los últimos días
Pérez Roque calificó de 'show decadente, discurso irrelevante y cínico,
acto de propaganda ridículo y de mal gusto', las palabras de Bush el
pasado miércoles.
Agencias | 23/05/2008
El gobierno cubano catalogó este jueves de "show decadente" y "cínico"
el discurso pronunciado por el presidente estadounidense, George W.
Bush, el miércoles, pidiendo cambios en la Isla, y no aclaró si actuará
contra los disidentes, acusados en los últimos días de recibir dinero de
anticastristas en Miami.
El canciller cubano, Felipe Pérez Roque, dijo en una conferencia de
prensa que las acusaciones que involucran a diplomáticos estadounidenses
en el traslado a la Isla de ayudas para opositores internos, forman
parte de una investigación en curso, por lo que aún no hay medidas
previstas.
Pérez Roque calificó de "show decadente, un discurso irrelevante y
cínico, un acto de propaganda ridículo y de mal gusto", las palabras de
Bush el miércoles, en la Casa Blanca, durante la celebración del Día de
Solidaridad con Cuba.
Bush pidió cambios en la Isla. "Llegará el día en que los cubanos
reciban libremente información de varias fuentes", dijo; rogó "a Dios
que acelere" el final del "sufrimiento" de los cubanos, y llamó a la
liberación de todos los "presos de conciencia" en Cuba.
Además, anunció que autorizaría el envío de teléfonos celulares desde
Estados Unidos a la Isla, en un reto a Raúl Castro.
Bush "es un gobernante agotado, un presidente en salida (...)
desacreditado, un político que es rechazado abrumadoramente en su propio
país (...) un hombre que avergüenza a los norteamericanos (...) un
apestado, un hombre al que la gente le huye", dijo Pérez Roque, reportó
la AFP.
El canciller emplazó a Bush a responder sobre la supuesta la
participación de sus diplomáticos en La Habana en el traslado de fondos
de anticastristas a la disidencia interna, que fue tema de tres
programas de la televisión oficialista esta semana.
En los programas, el gobierno cubano mostró una serie de correos
electrónicos, llamadas telefónicas y vídeos, que considera "pruebas
irrefutables" de la complicidad de los diplomáticos estadounidenses en
el traslado de dinero.
Las autoridades dijeron que al menos en tres ocasiones probadas el jefe
de la Sesión de Intereses estadounidenses en La Habana, Michael Parlmy,
y el funcionario Robert Blau (actual segundo jefe del Buró Cuba del
Departamento de Estado) se prestaron a servir como correos del dinero
que enviaba el anticastrista Santiago Álvarez a Martha Beatriz Roque y a
otros opositores.
Álvarez es considerado "terrorista" por La Habana y cumple una condena
en Estados Unidos por posesión ilegal de un arsenal de guerra.
"Tenemos un mensaje para el gobierno de Estados Unidos: reflexionen,
llámense a capítulo, investiguen, den la cara y den explicaciones, que
el tema es muy grave y las pruebas son muy amplias y muy sólidas",
afirmó Pérez Roque.
En La Habana, diplomáticos y observadores dieron una doble lectura a la
advertencia del gobierno: una interna, para la disidencia (evidenciando
su vulnerabilidad), y otra hacia la próxima presidencia de Estados
Unidos y el nuevo jefe de la Oficina de Intereses de Washington en La
Habana, que tomará posesión en julio.
Pérez Roque emplazó a Washington "a que responda, a que deje de evadir
las preguntas que flotan en el aire" sobre "las oscuras relaciones entre
el terrorismo anticubano de Miami, los diplomáticos norteamericanos
acreditados en La Habana y los grupos mercenarios", como el régimen
cubano califica a sus opositores.
Advirtió a Estados Unidos que no subestime las denuncias. "Esto es un
conteo de protección. Ellos sabrán qué hacer. No debe subestimarse la
gravedad de los hechos denunciados", agregó usando un término del boxeo
que alude a una pausa para aliviar a un adversario a punto de caer noqueado.
El funcionario no aclaró si La Habana presentará una nota formal de
protesta ante el gobierno de Estados Unidos o tomará otro tipo de acciones.
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