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Friday, May 09, 2008

FASCISMO À LA CUBANA

FASCISMO À LA CUBANA
2008-05-09.
Luis Baralt

La política ha estado siempre ligada a la semántica, o sea, la ciencia
del significado de las palabras. Con la babelización, o la
"logodisfunción" de las lenguas que se produjo en aquel hecho bíblico de
la Torre cuando los humanos trataron de llegar al Cielo directamente a
base de acumular ladrillos unos sobre otros en lugar de confiar en la fe
y en las buenas obras, surgió por primera vez la política a gran escala.

Es decir, los hombres tuvieron que empezar a agilizar sus comunicaciones
entre sí a base de lenguas diferentes. Y en el curso de los tiempos,
incluso los que hablaban una misma lengua tuvieron que aprender a
manipularla de la manera más efectiva para lograr sus propósitos.

Es así que surgió la semántica, en sus aspectos más serios y formales.
Pero después surgieron otras artes, no menos útiles por cierto: la de la
tergiversación, la ambigüedad, la impropiedad lingüística de adrede, la
ocultación del meollo de la cuestión en la tinta de la profusión de
palabras, y en fin la mentira en toda su espléndida si bien hueca
parafernalia.

En la actualidad, existe en política un arte modernísimo al que se ha
dado en los países anglosajones un nombre ya reconocido
internacionalmente: spinning the news, o simplemente spinning. (Lo que
equivaldría en castellano a algo así como 'retorcer la noticia'.)

Esto consiste en incluir dentro de un reportaje, o un análisis
periodístico, algunos datos factuales menores, o mayores, pero dentro de
un orden que da falsa impresión de la realidad, o bien en no decir toda
la verdad, o en sustituir palabras incorrectas en lugar de las que
debieran utilizarse (como 'bloqueo' en lugar de 'embargo', o de
múltiples otras maneras, todas argucias para ocultar o falsear la verdad).

Por eso es que un filósofo y comentarista de la semántica como Marshall
McLuhan llegó a dictaminar que hoy día "El mensaje es el medio" (o sea,
entendiéndose que, por supuesto, no la verdad). En este contexto, se ha
venido a olvidar el verdadero sentido del término "fascismo" y muchos
quieren simplemente endosárselo a quienes no piensan como ellos.

Olvidan el verdadero sentido de la palabra fascismo, que es mucho más
cercana al sentido de "oligocracia", o "absolutismo ilustrado" y, por
tanto, verdaderamente genérico. O sea, que hay muchas clases de
fascismo, si nos atenemos al origen del término (el símbolo de las
legiones romanas que denotaba la unión de unos pocos escogidos, varillas
atadas por un vínculo fortalecedor, para triunfar sobre los demás).
Dentro de todos los fascismos históricos, los ha habido buenos,
regulares y malos . Pero generalmente reservamos el término para los peores.

Simplemente, el fascismo consiste en un gobierno autocrático, ejercido
por unos que se creen posesores de la verdad, sobre la mayoría de la
población que disiente. En el caso de Mussolinni y Hitler, sus tipos de
fascismo fueron en verdad terribles, y sobre todo el primero por la
metodización de su carácter destructivo y sanguinario. En el caso de
Franco y la falange española, tampoco se los puede exonerar, si bien no
alcanzan estos ni con mucho las culpas de los arriba mencionados.

Yo sostengo que el llamado comunismo castrista cubano es un fascismo de
los de peor calaña, pues sus crímenes, proporcionalmente, hacen
competencia a los de Adolfo Hitler y su voracidad de corruptos
depredadores de su pueblo es posiblemente mayor. Ni qué decir del
comunismo europeo de la Unión Soviética y sus adláteres. Han causado
mayores estragos genocidas y corruptelas locales que ningún otro régimen
en la historia.

En fin, que estoy tratando de demostrar que la llamada dictadura
castrista no es otra cosa que un fascismo de clase ínfima. Y a los que
la alaban y protegen tengo el perfecto derecho de llamarlos "fascistas
infames", es decir, no sólo fascistas. Ahora se ha puesto de moda el no
considerar elegante llamar a los comunistas "comunistas". Demostraría
cerrazón de criterio, estrechez de mente, y ellos mismos en su mayoría
han adoptado nuevos colores, nuevas palabras tras las que esconder sus
creencias.

Pues vale, a los seudo socialistas (por supuesto, sólo algunos de los
socialistas, no los de madera noble, sino los de aglomerado al centro),
a los de izquierda (des)unida, a los seudo "liberales" de los EE.UU., a
los que se llaman 'ateos' (incorrectamente, pues aunque no crean en Dios
no son ateos pues Dios existe sin necesidad de ellos), que nos atacan
por ser creyentes, o conservadores, o partidarios del libre derecho del
ser individual y de los derechos fundamentales de todos, y en particular
del sufragio universal y efectivo, sólo puedo decirles yo, y a boca
llena: Vosotros sois los fascistas; el régimen cubano es un régimen
fascista, China, con todo y su prosperidad, es una plutocracia fascista.

Y todos seréis enterrados por la historia.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=15248

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