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Saturday, May 24, 2008

LOS DISIDENTES CUBANOS, EL PRESIDENTE BUSH Y LA POLÍTICA ACERTADA

LOS DISIDENTES CUBANOS, EL PRESIDENTE BUSH Y LA POLÍTICA ACERTADA
2008-05-24.
Elías Amor, Economista, ULC

No cabe la menor duda que el presidente Bush ha sido un gran valedor de
la causa democrática en Cuba durante su mandato presidencial. Su
posición en defensa de los derechos de los opositores, para ejercer
libremente sus actividades en un sistema político que frena, reprime y
destruye cualquier opción alternativa, merece todo nuestro reconocimiento.

El pasado 21 de mayo, con motivo del Día de Solidaridad con Cuba, el
presidente de Estados Unidos recibió a una nutrida representación del
exilio en Estados Unidos, y allí reiteró públicamente su compromiso con
la democracia, el pluralismo político y las libertades en Cuba. Ya lo
hizo el pasado año en la Cumbre de Praga, junto a Havel y Aznar, y ahora
vuelve a testimoniar su solidaridad con los oprimidos.

Considero que los disidentes cubanos son héroes de nuestro tiempo:
luchadores infatigables que han descubierto la luz al final de la
oscuridad del castrismo. Personas que se sienten libres en la cárcel
comunista cubana, y que desean lo mejor para sus conciudadanos, desde la
red de bibliotecas independientes, las asociaciones de cooperativas, o
los colegios profesionales independientes, las damas de blanco, y las
organizaciones de derechos humanos y religiosas. Los dirigentes
políticos de las democracias del Este de Europa, antiguas repúblicas
comunistas, son quizás los que mejor entienden la causa de los
disidentes cubanos. Cualquier apoyo es poco.

Ni que decir tiene que la reacción del régimen castrista ha sido la de
siempre: lamentable el tono empleado por el ministro de asuntos
exteriores, Pérez Roque, que parece no querer dejar de ser la "promesa
talibán" después de la desaparición de Fidel Castro. Frente al liderazgo
social de los disidentes, el régimen comunista no ha sido capaz de
entender el mensaje y los trata simplemente como enemigos, cierra
cualquier espacio a la libre expresión de ideas, inventa falsas
conspiraciones internacionales que luego se demuestra que no existen, y
utiliza las fuerzas del orden público, las masas obedientes y los
batallones de respuesta rápida para reprimir cualquier manifestación
alternativa.

La causa de los disidentes cubanos merece todo nuestro apoyo. Nunca
habremos hecho lo suficiente. Es preciso trasladarles todos los días
nuestro apoyo y solidaridad, explicarles que los demócratas siempre
estamos a su lado, que ellos son los interlocutores para un futuro de
libertad y democracia en la Isla, y en definitiva, darles ánimo para que
perseveren y continúen su labor, porque la sociedad terminará
reconociendo ese esfuerzo que realizan, poniendo en grave peligro la
vida de sus familiares y allegados, y la suya propia.

Lo expuesto viene a poner de manifiesto cuál es la política más acertada
para luchar contra un régimen que trata, por todos los medios, de ganar
tiempo y perpetuarse en el poder. El apoyo a las actividades internas
opositoras resulta fundamental para que la democracia vuelva a abrirse
camino en la sociedad cubana. Cualquier iniciativa desde el exterior
dirigida a fortalecer a la sociedad civil y sus estructuras, a financiar
y dar apoyo a las iniciativas de los grupos disidentes, a proponer y
defender un nuevo marco político compatible con el existente en otros
países democráticos occidentales, debe ser bienvenida.

Es necesario que los dirigentes comunistas sientan el rechazo
internacional a su apuesta por la continuidad del régimen, y al mismo
tiempo, hay que intentar que los disidentes se sientan continuamente
apoyados por los demócratas del exterior. No se puede negociar con los
que ahora detentan el poder, en base a unas mal entendidas posiciones de
"respeto político" cuando son ellos los que no respetan a sus
conciudadanos disidentes.

La Unión Europea, Canadá, Japón, Australia, España en particular, con su
gobierno socialista, tienen mucho que aprender del compromiso del
presidente Bush con la causa democrática de los cubanos. Los que luchan
por la libertad en la Isla necesitan apoyo económico. Esto es más que
evidente. Muchos han sido expulsados de sus empleos, perseguidos y
acosados: incluso enviados a prisión. Necesitan recursos financieros
para mantenerse y sobrevivir, para comunicarse con el exterior, para
extender su mensaje de libertad a otros cubanos oprimidos.

Los países que han sufrido dictaduras, como España en tiempos de Franco,
saben lo importante que es obtener apoyos económicos internacionales
para desarrollar actividades políticas opositoras. El régimen comunista
podrá decir lo que quiera de doña Marta Roque, pero ella es pieza clave
para el futuro democrático de la Isla, y por eso nos merece toda
consideración. Mientras que la escasez, la baja productividad, el
desánimo, se extienden en la sociedad cubana, la dictadura comunista no
escatima esfuerzos en investigar, perseguir y delatar a sus "enemigos",
con cazas de brujas que justifican plenamente la actividad de quienes
son los perseguidos.

¡Qué torpes son! En vez de aprovechar las oportunidades para orientar el
país por la única vía posible, se empeñan el volver la vista atrás. Esta
es la etapa de Raúl Castro, y por eso nos preguntamos, ¿Cuánto va a durar?

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=15469

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