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Friday, May 23, 2008

Los náufragos de la salud

Los náufragos de la salud

Miguel Iturria Savón

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) Osvaldo Hernández, un obrero
aquejado por el arco de la soldadura, llegó a la clínica del Vedado
Cotorro, al sudeste de La Habana, pensando en un anestésico que aliviara
su malestar. Tuvo que hablar fuerte para que la enfermera buscara al
médico, quien le comunicó la falta del medicamento y la inutilidad de
buscarlo en las farmacias del municipio. "Tal vez te resuelvan en el
hospital La Benéfica o en el Julio Trigo", le dijo el médico mientras
escribía la remisión.

El caso, por reiterado, no sensibiliza a los especialistas de la salud.
Ellos atienden, recetan o remiten a los pacientes, pero no son magos. La
remodelación de clínicas y hospitales no marcha pareja con el
equipamiento técnico, el suministro de medicinas y la presencia de
clínicos y enfermeras que vegetan en la pobreza y la desesperanza, por
lo cual prefieren prestar servicios en Angola, Bolivia o Venezuela para
esquivar las carencias y las consultas de 12 horas, sin almuerzo ni
estímulos.

Las autoridades sanitarias quieren, pero no pueden garantizar la
atención adecuada. En decenas de clínicas municipales se crearon salas
de rehabilitación, cuidados intensivos, fisioterapia, acupuntura,
laboratorios de emergencia y departamentos de Rayos X, ultrasonidos y
regulación menstrual, proveídos con dispositivos de monitoreo, sueros,
suturas y electros. En varias localidades ya no hay que ir al hospital
para hacerse un drenaje biliar, examinarse la vista o atender a una
gestante.

El problema radica en el mantenimiento a equipos e instalaciones, en el
suministro de sus componentes, en las carencias de medicinas y en la
movilidad del personal médico y paramédico, pues la exportación de
especialistas a varios países por parte del gobierno cubano agrava el
síndrome de la emergencia que padece el sector de la salud pública en la
isla.

Las dígitos oficiales hablan de 37 mil médicos en "misión humanitaria"
en una veintena de naciones que pagan en divisa. Nuestros medios de
comunicación reportan diariamente la excelencia de los doctores en
Bolivia, Guatemala, Nicaragua, Venezuela y otros estados, sin decir que
los servicios externos acaban con la atención sanitaria en Cuba.

Para compensar, se han creado cursos de emergencia para graduar a
médicos, enfermeras y técnicos en la mayoría de los municipios del país.
Casi 900 auxiliares de enfermería ejercen con salario de enfermeras en
Ciudad Habana, previa habilitación de unos meses, según una licenciada
que acaba de retirarse y considera esto como un disparate. "Hasta hace
poco, las enfermeras nos graduábamos en tres años de estudios y
prácticas diversas. Obtener la licenciatura era más difícil".

Algo similar sucede con la carrera de medicina. "Ya se puede obtener el
título de médico en las policlínicas del país. Las clases son a
distancia, por teleconferencias, sin contactos directos con los
profesores y casi sin práctica. Los muchachos se gradúan sin cubrir
todas las especialidades ni examinar un cadáver"; informa una ginecóloga
que dirige la extensión universitaria en un municipio capitalino.

Muchos especialistas piensan que el síndrome de la emergencia médica en
Cuba tiene consecuencias impredecibles para la vida de miles de
personas. Es tan difícil hacerse una radiografía como ponerse una
prótesis dental, o encontrar a un médico que acierte y diagnostique el
problema de los pacientes.

Cuando Osvaldo el soldador me habló de su odisea para conseguir un pote
de anestésico que aliviara sus ojos, me acordé de las angustias de Pedro
Fuente, Edilia García, Magalys Izquierdo y otros vecinos aquejados por
el peloteo médico y la falta de medicinas para sus dolencias.
En cuestiones de salud, la emergencia y la improvisación conducen al
naufragio.

http://www.cubanet.org/CNews/y08/may08/22cronica4.html

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